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“50 puntos de baja de tasa no solucionan los problemas que tiene la economía chilena”
12 Junio, 2019
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“50 puntos de baja de tasa no solucionan los problemas que tiene la economía chilena”

El director ejecutivo de la firma de asesoría financiera también plantea que en algún minuto el gobierno deberá preguntarse si continúa con las reformas estructurales, dado el obstruccionismo de la oposición, o si mejor apunta a medidas administrativas.

 

Desde hace algunos años en Econsult realizan un viaje anual a Nueva York para reunirse con representantes de los bancos de inversión más grandes de Estados Unidos, donde van acompañados de algunos clientes para tantear qué están mirando en materia de inversiones.

A mediados de mayo pasado realizaron la última visita al país norteamericano, donde, según cuenta Francisco Mozó, director ejecutivo de Econsult, percibieron que los bancos no ven probable una recesión mundial en el corto plazo, que seguirá la baja inflación junto a las bajas tasas de interés y que podría haber una resolución en la guerra comercial a más tardar en cuatro o cinco meses.

El ejecutivo también aborda la coyuntura local, desde el sorpresivo recorte de la tasa de interés aplicado por el Banco Central hasta las reformas estructurales que impulsa el gobierno de Sebastián Piñera, las que han enfrentado una férrea resistencia en la oposición.

¿Fue sorpresivo para ustedes el recorte de tasas?

Para todo el mercado fue sorpresivo, incluido nosotros. No había escuchado a nadie que esperara un recorte de tasas en esta oportunidad y de esta magnitud.

¿Es suficiente el estímulo?

Yo creo que 50 puntos de baja de tasa no solucionan los problemas que tiene la economía chilena. Si bien el ciclo puede ser apuntalado por una política monetaria más expansiva o no, pero los problemas de crecimiento a largo plazo tienen que ver con otros factores. Entre ellos, con las decisiones de políticas económicas que se han ido tomando a lo largo de los últimos años, que no han tenido un sesgo muy a favor del crecimiento, sino que han apuntado más a proteger otros elementos, ya sea, a redistribuir mejor el ingreso, a proteger el medio ambiente. Es decir, objetivos que pueden ser muy válidos, pero que han significado que Chile ha crecido menos que antes.

Para nadie es un misterio que hoy cuesta más desarrollar los negocios, cuesta más conseguir los permisos, al momento de emplear y contratar las relaciones laborales producto de la reforma laboral del gobierno de Michelle Bachelet se han vuelto más rígidas, la tasa de impuesto al ser más alta genera que cuando alguien produce una ganancia hay un porcentaje mayor que se va para el Estado y menor que queda en sus manos, etc. Y todo eso ha sido una acumulación de varios años, no solo del gobierno de Bachelet, sino que es una serie de políticas económicas en más de 10 años que marginalmente han provocado un menor crecimiento.

¿Qué podría hacer el actual gobierno para revertir esto?

El gobierno intentó abordar estos temas estructurales con una reforma tributaria que no ha sido capaz de llegar a buen puerto, no solo por responsabilidad de ellos, sino porque tiene una contraparte que no ha sido colaborativa en generar acuerdos para buscar una solución. Por lo tanto, en algún minuto el gobierno debe preguntarse seriamente si vale la pena insistir en este tipo de reformas o si es mejor apuntar a temas de gestión directa que puede hacer.

Un buen ejemplo de ellos es lo que anunció recientemente sobre programas de inversión en infraestructura, que no solamente ayudan en el corto plazo, sino que también en el mediano y largo plazo a través de una mejor en la productividad.

Hoy día el gobierno está bien limitado en su capacidad de realizar reformas estructurales porque no tiene un Parlamento que comparta su visión de que para retomar una senda de mayor crecimiento hay que hacer reformas que le dan mayor espacio al sector privado y menor espacio al Estado.

Y se ha instalado una incertidumbre que si se extiende por mucho tiempo podría ser negativa.

¿Cómo ven los empresarios este contexto?

En general, está instalada en la opinión pública, tanto en los empresarios, ejecutivos, consumidores y trabajadores, que al país le cuesta crecer, hay una sensación de que no se ve esa potencia de perspectivas de crecimiento de largo plazo que pensábamos que tenía Chile hace más de cinco años.

Ha pasado un año y medio y no se ve mucho avance en las políticas y en los proyectos que ha presentado el gobierno que permitirían tener un crecimiento más acelerado.

¿Han ajustado sus proyecciones de crecimiento?

Las expectativas se han ido ajustando más cerca del 3% que del 3,5% y creo que el promedio de crecimiento a mediano plazo será de 3% anual.

¿Cómo están viendo Chile los inversionistas extranjeros?

Comparten con los chilenos que la capacidad y fortaleza de crecimiento de Chile se ha visto mermada. Un inversionista extranjero no mira a Chile hoy por su capacidad de crecimiento, sino que, por su estabilidad y porque ya es una economía que tiene una clase media más establecida, entre otros elementos.

El mes pasado fueron a Estados Unidos a reunirse con bancos de inversión. ¿Qué observaron?

No ven probable una recesión mundial en el corto plazo y, por el contrario, esperan que el próximo año comience a acelerarse un poco el crecimiento de la economía mundial respecto de este año.

Tampoco ven inflación, sobre todo en EEUU, por lo que ven tasas bajas por mucho tiempo más.

Tercero, ven una resolución a la guerra comercial a lo más en cuatro o cinco meses, porque ven un interés de ambas partes de que se solucione. Por el lado de Donald Trump, sabe que ya comienza la carrera presidencial para las elecciones del próximo año, mientras que a China no le interesa que el conflicto se mantenga.

Piensan, además, que había que ponerle el cascabel a China porque ha estado jugando al borde del reglamento, sobre todo en materia de propiedad intelectual, por lo que existe consenso de que había que sentarse con ellos para renegociar las condiciones de relaciones comerciales, donde incluso estiman que China deja de pagar al año entre US$300 mil millones y US$600 mil millones en términos de propiedad intelectual.

¿Qué recomiendan en inversiones?

Desde el punto de vista de inversiones, siguen recomendando tener algo más de acciones de lo que normalmente tendrían, con menos énfasis de lo que lo hacían un año atrás, pero siguen viendo las acciones como una mejor alternativa que la renta fija a mediano plazo. No tanto porque esperen un retorno muy alto en el mundo, sino porque esperan que la renta fija rentará muy poco.

Los retornos accionarios serán bajos en términos absolutos, pero más atractivos en términos relativos que la renta fija.

¿Y ustedes qué expectativas tienen para el mercado local?

No nos gusta opinar del corto plazo y preferimos recomendar sobre el mediano plazo. En los próximos tres a cinco años, como promedio, vemos que los retornos no son los que veíamos hace 10 o 15 años atrás, probablemente son retornos cercanos al 7% como promedio anual.

Pero dadas las bajas tasas que hay en la renta fija, en los últimos seis meses se ha vuelto más atractiva la renta variable.

De todos modos, no creemos que haya que tener una exposición más allá de lo normal de lo que uno tendría en la renta variable chilena porque vemos factores de riesgo que vienen de afuera.

¿Cuáles sectores ven que están mejor?

Vemos que la banca seguirá siendo un sector atractivo, no vemos que en el momento exista amenaza a la capacidad de pago de las empresas y de las personas en el corto plazo que pudiese afectar las utilidades de los bancos. Y no hay expectativas de que la inflación baje.

El tipo de cambio no necesariamente se mantendrá en estos niveles, pero tampoco se apreciará demasiado, por lo que sectores exportadores no commodities no tan sujetos a lo que pase con China también nos parecen alternativas atractivas.

Otro sector que se verá favorecido si persisten las tasas bajas será el sector inmobiliario.

En la vereda opuesta, tenemos una visión un poco más cauta en los sectores relacionados al consumo interno.

¿Dónde están las mejores oportunidades?

En este contexto, creemos que es mejor tener un sesgo a la prudencia más que a la búsqueda de oportunidades.

Con las bajas tasas de interés en el mundo uno observa que la gente busca activos que renten más en términos absolutos. Antes uno podía tomar posiciones en el bono del Tesoro americano que rentaba dólar+4%, pero hoy renta dólar+2%, por lo que la gente comienza a buscar retornos en activos más riesgosos: bonos high yield, bonos de empresas que están con mayor deuda o empresas de mercados emergentes, las acciones, etc.

Entonces, la gente empieza a presionar los precios de los activos más riesgosos. En general, creemos que los precios están bastante ajustados y con la internalización de que el mundo no tendrá ningún problema, que seguirá creciendo, que no habrá inflación lo que mantendrá a las tasas de interés bajas durante mucho tiempo, que se solucionará la guerra comercial.

Por lo tanto, si aparece un factor diferente generará el riesgo de una corrección en los mercados, por lo que decimos que es más prudente no tener demasiada exposición al riesgo. Es decir, hay que estar más a la defensiva que al ataque.

¿No ven atractivo en los activos alternativos?

Uno de los activos que se han beneficiado por las bajas tasas de interés son los activos alternativos, donde en el pasado activos como deuda privada y acciones de compañías cerradas, entre otros, han mostrado retornos muy atractivos, pero hacia adelante creemos que no escaparán de lo que ha pasado al resto de los activos, por lo que sus retornos irán bajando.

Los activos alternativos tienen que estar en un portfolio siempre y cuando el inversionista tenga la capacidad de mantener un porcentaje de sus inversiones en iliquidez y pueda hacer un programa diversificado de inversiones en ese tipo de activos.