Chile tiene una oportunidad, el nuevo ciclo positivo del cobre puede acelerar la inversión
La economía está en un ciclo positivo, con un escenario internacional más benigno y un alto precio del cobre que podría llegar a US$ 5,50 la libra en 2026, recuperación que puede durar cuatro años, dice.
Por: Lina Castañeda
Frente a la preocupación por el estrés fiscal en las finanzas públicas que acaba de levantar el Consejo Fiscal Autónomo (CFA), del cual anteriormente fue miembro, el economista Gonzalo Sanhueza destaca el rol que está cumpliendo ese organismo al advertir implícitamente -precisa- de las consecuencias que ha tenido el bajo crecimiento económico, resolviendo los problemas con mayor gasto fiscal y usar holguras que hoy ya no están disponibles.
En noviembre del año pasado, Sanhueza proyectaba que la recuperación de la economía chilena este año iba a ser muy lenta, con un deterioro del escenario externo. Hoy su análisis es muy distinto, visualizando que el país tiene condiciones para crecer más y aumentar el PIB potencial, actualmente en torno a 2%.
–Si desde 2008 las finanzas públicas se deterioran año a año, ¿Qué enciende hoy la luz amarilla del CFA?
“Comparto las advertencias del Consejo en términos de que hace 15 años teníamos muchas holguras fiscales; de hecho, en 2006 teníamos más activos que deuda en el sector público. Después de 16 años, por distintas razones -shocks negativos y exceso de gasto en algunos periodos-, esas holguras se han ido terminando. EI CFA advierte que los compromisos a futuro se tienen que cumplir, que vamos a tener que converger a un balance estructural de 0% y estabilizar la deuda fiscal en un nivel que sea sostenible en el mediano plazo”.
–¿En qué medida el alto precio del cobre puede ayudar a recomponer las cuentas fiscales?
“Tenemos una regla de balance estructural en la cual el gasto del año tiene que ser en función de los ingresos de largo plazo y un componente importante son los ingresos que provienen del cobre. Los datos muestran que desde mediados del año pasado la economía chilena entro en un ciclo positivo de expansión, con el sector minero creciendo a una velocidad del 15% y la actividad no minera -que representa un 90% del PIB-, a un ritmo de 4%.
Tenemos un ciclo de recuperación del crecimiento económico que por lo menos va a durar cuatro años. Como no es una recuperación estructural, no genera más espacio fiscal“.
“Lo que si genera más espacio fiscal es que estamos entrando en un nuevo ciclo positivo del precio del cobre. Un informe de Citibank dice que el promedio del precio del cobre podría llegar a US$ 5,5 la libra en 2026, ciclo que esta menos anclado a la demanda de China y más anclado a la demanda de cobre que traen las energías renovables, los vehículos eléctricos y todo lo que tiene que ver con mitigar los efectos del cambio climático. Si uno considera que al 2026 el precio promedio llega a US$ 5 la libra, en vez de los US$ 3,80 que tiene hoy el Presupuesto fiscal estructural, eso da un 30% de aumento en los ingresos del cobre, más o menos un 0,5% del PIB, lo que podría facilitar la convergencia del déficit estructural. El compromiso del Gobierno es que el déficit estructural (de 2,6% del PIB en 2023) va a ser de 0,5% del PIB en 2025, pero corregido por un mayor precio del cobre, creo que podríamos converger antes al 0% que plantea el CFA”.
–¿Dónde ve las oportunidades?
“Hace un año escribí un artículo que llamé ‘La década perdida’. Diez años creciendo al 1,8% y 0,6% per cápita al restar el crecimiento de la población. La inversión creció al 1% en ese periodo y no se han generado mayores ingresos fiscales porque el crecimiento es muy bajo. Chile tiene hoy una oportunidad, el nuevo ciclo positivo del cobre puede acelerar la inversión, hay US$ 25.000 millones en proyectos de inversión en minería listos para desarrollarse, eso le daría un boom a la economía”.
“De aprobarse el proyecto sobre ‘permisología’ y avanzar en el de materias medioambientales, se podrían destrabar muchos proyectos de inversión; estamos en una coyuntura donde, si se hacen las cosas bien, podríamos tener un mayor crecimiento potencial en los próximos años.
Como nunca antes, las condiciones económicas exógenas para Chile son muy buenas, hay un buen escenario internacional; tenemos proyectos de inversión que el mundo quiere,
como son las energías limpias, el cobre verde, el hidrogeno verde, el litio. Mientras no crezca el PIB potencial, va a ser difícil terminar con el estrés fiscal como quiere el CFA”.
–El Consejo también postula recomponer las finanzas fiscales con nuevos ingresos tributarios y reducir la evasión y elusión tributaria.
“El mayor crecimiento es una forma de generar mayores ingresos tributarios y estamos en un ciclo positivo que va a durar por lo menos cuatro años. Hemos tenido cinco años de ‘cisnes negros’ en la economía chilena. El 2019 con el estallido social; 2020 y 2021 con el covid y luego con los procesos constituyentes, un periodo en que las expectativas empresariales y de los consumidores estaban muy bajas. Eso quedo atrás, hace seis meses empiezan a mejorar las expectativas, se empiezan a generar empleos, creándose en los últimos seis meses del orden de 30 mil empleos formales en el sector privado, el doble de los que en promedio generaba la economía”.
“La velocidad de crecimiento es bastante alta y va a ayudar a un aumento en la inversión, al igual que el escenario internacional más favorable que tenemos en paralelo y un precio del cobre que no solo le dará más ingresos al Estado, sino que puede acelerar los proyectos de inversión. Vimos la noticia de que BHP quiere comprar Anglo American, reflejo de que ven un ciclo muy bueno”.
–¿Dispondrá el gobierno siguiente de mayores holguras en el nuevo contexto?
“Se ha dicho que una deuda bruta de hasta 45% del PIB es algo todavía sostenible en el tiempo. El gobierno se puede endeudar más, pero se debe dejar espacio para enfrentar shocks negativos que siempre vienen. En los últimos 15 años tuvimos un terremoto, caída en el precio del cobre, la pandemia. Tenemos que acotar la deuda pública a niveles de 40% a 45% del PIB y eso significa que ya no hay más holguras. Hacia adelante, el gasto tiene que ir de la mano del crecimiento de la economía, no podemos seguir con este gasto que por muchos años crece más que la economía. El desafío es mucho mayor, si queremos aumentar el gasto fiscal, mejorar las pensiones, por ejemplo, tenemos que crecer más”.
–¿Se requiere un pacto político amplio entre el Ejecutivo y el Legislativo, como plantea el CFA?
“Más allá de un gran pacto político, lo más importante es aprobar el proyecto sobre ‘permisología’ porque el exceso de permisos ha trabado mucho el desarrollo de los proyectos de inversión. Así que sería menos ambicioso y con un título menos rimbombante, me enfocaría en ese proyecto, así como en el de materias medioambientales, los que tienen un impacto mucho más claro sobre la inversión, el crecimiento y la recaudación”.
–¿Resta relevancia a que no prosperen el pacto fiscal ni la reforma previsional?
“Son temas distintos. En el pacto fiscal, no me convence que se pueda recaudar un 1,5% del PIB con la iniciativa sobre evasión y elusión tributaria que plantea el Gobierno y no creo que por ahí vayamos a resolver los temas fiscales. En lo relativo a la industria de AFP, creo que si uno tiene un buen sistema de pensiones que funciona bien, eso resuelve problemas sociales y puede impulsar al crecimiento, al igual que si se despeja la incertidumbre de la industria. Lo que pasa es que ahí están más lejos las posiciones y cuesta ver un escenario en que haya convergencia. En cambio, en los otros dos temas que mencione hay bastante consenso”.
–¿Ayudaría un cambio en el sistema político a impulsar esas reformas?
“Prefiero no opinar sobre eso. Como digo, son dos los proyectos que están mucho más a la mano, que tendrían impacto claro sobre el crecimiento y la recaudación, de ‘permisología’ y en materia ambiental. Si logramos sacarlos adelante, nos puede dar el salto, y en vez de un crecimiento potencial de 2%, estar hablando de un crecimiento del 3%. En Econsult proyectamos para este año una expansión del PIB de 2,7%”.
–¿Ve condiciones para financiar en forma permanente un aumento de la PGU cuando en 2050 la población de 65 años duplicara el 15% que representa actualmente?
“Como país de ingreso medio, todavía tenemos una tasa de pobreza que es relativamente alta, por lo que soy partidario de que todas las ayudas del Estado estén focalizadas en la gente que más lo necesita, como fueron antes las políticas sociales, pero en algún momento se comenzó a entregar ayudas universales, no solo la PGU. Tenemos que volver a focalizar”.
–¿Qué le parece el resurgimiento de proyectos para nuevos retiros de ahorros previsionales?
“Esperemos que los congresistas hayan aprendido que fue muy nefasta la secuela de retiros. Provocaron un daño enorme en la estructura económica al generar mucha inflación y un periodo largo de altas tasas de interés. Se perdió parte importante del ahorro del país y eso hace muy difícil financiar la compra de viviendas. Todavía estamos viviendo esa secuela”.