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Desconectados
25 Marzo, 2023
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  • Columnas de Opinión,
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Desconectados

 ‘HAY UNA TOTAL DESCONEXIÓN ENTRE LAS PRIORIDADES DE LA CIUDADANÍA Y LAS PRIORIDADES DEL GOBIERNO. NO ES DE EXTRAÑAR ENTONCES LA BAJA POPULARIDAD DEL PRESIDENTE, SUS COLABORADORES Y SU COALICIÓN’.

Ya sea que uno mire la encuesta Cadem, la de la UDD o cualquier otra, el resultado es el mismo. La primera preocupación de los chilenos es la delincuencia, seguida de la inflación, la economía y los inmigrantes. El resto de los temas está derechamente relegado a un segundo o tercer plano.

Por su parte, el programa de gobierno del Presidente Boric tiene cuatro pilares muy distintivos: nueva Constitución, desigualdad, medio ambiente y política industrial (básicamente, crear nuevas empresas estatales).

La conclusión salta a la vista. Hay una total desconexión entre las prioridades de la ciudadanía y las prioridades del Gobierno. No es de extrañar entonces la baja popularidad del Presidente, sus colaboradores y su coalición.

Si estuviéramos en el ocaso de esta administración, lo anterior no sería tan problemático. Pero la realidad es que al actual gobierno le quedan todavía tres años. El Presidente Boric y su flamante ministra del Interior, que está a préstamo desde la antigua Concertación, han escogido la gestión como la impronta que debiera distinguir este segundo año de gobierno. La pregunta que surge inmediatamente es: ¿gestionar qué? Si se refiere a gestionar la ejecución del programa de gobierno, tenemos un problema mayúsculo. Los chilenos no están muy entusiasmados con la empresa nacional del litio ni el Banco Nacional del Desarrollo y el entusiasmo por el impuesto a los súper ricos ha sido reemplazado por el susto a perder la pega y el aumento de casi 30% en la cuenta del supermercado.

Si la arenga en favor de la gestión se refiere a las preocupaciones de los chilenos, el problema radica en la falta de convicción. Una cosa es darse una voltereta en un discurso que contradice todo lo dicho y hecho durante los diez años anteriores, otra muy distinta es articular y ejecutar las políticas necesarias para solucionar los problemas con equipos que no comparten ni las políticas ni las soluciones. Los tan comentados indultos son el ejemplo perfecto de lo anterior. Pero también lo es que mientras el Banco Central lucha tenazmente contra la inflación manteniendo una tasa de interés de más de 11% que desangra a las pymes, el Gobierno le pone parafina a la hoguera de la inflación aumentando en más de 12% el gasto público en el mes de enero pasado. El resultado de lo anterior es que la inflación esperada para el mes de marzo supera largamente el 1%.

Chile es uno de los pocos países verdaderamente democráticos de Latinoamérica de acuerdo al ranking realizado por la revista The Economist y los chilenos mayoritariamente queremos que continúe siendo así. Así que despedir al entrenador está fuera de cuestión. Pero como dijo Albert Einstein, seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes no parece muy razonable. Así que es de esperar que el Presidente se dé una voltereta con convicción, cambie la estrategia y eventualmente reclute más veteranos foráneos a su coalición política. De lo contrario, nos vemos en tres años más a la misma hora y en el mismo lugar.

Por José Ramón Valente