Skip to content
DF Conexión a China | ¿Qué pasa con China?
22 Agosto, 2023
-
  • Insights,
  • Prensa

DF Conexión a China | ¿Qué pasa con China?

El gigante asiático está creciendo a un ritmo decepcionante (3,2% t/t anualizado), lejos del crecimiento de 9% promedio que tenía cuando Goldman Sachs pronosticaba que alcanzaría el PIB de Estados Unidos en 2026. Además, en los últimos meses las noticias que llegan desde China son cada vez peores: los gigantes inmobiliarios están bajo presión y riesgo de quiebra y las cifras de balanza comercial, producción industrial, ventas de retail e inversión fueron menor a la esperadas. ¿Podrá volver a la antigua senda de crecimiento?

En lo coyuntural, luego de la pandemia y de las draconianas medidas implementadas, la demanda interna se encuentra muy deprimida y con la economía entrando a deflación. Ante ese escenario varias voces apuntan a que con un impulso fiscal y monetario podrá repuntar y volver a crecer sobre el 5%.

“Muchos señalan que con un impulso fiscal y monetario la economía china podrá repuntar y volver a crecer sobre el 5%. Pero no es tan fácil”.

Sin embargo, no es tan fácil. Por el lado de la política monetaria, China ya comenzó a bajar las tasas de interés, pero esa estrategia tiene dos limitaciones. La primera es que la tasa ya está en 2,5% así que no queda mucho espacio para bajarla. Lo segundo es que su efecto puede resultar acotado en el contexto actual, donde estalló una burbuja de precios de activos a nivel nacional (por ejemplo, se reporta que precios de vivienda han caído al menos un 15% en principales barrios de Shanghái), lo que ha dejado a hogares y empresas con una relación deuda/activos agobiante, obligándolos priorizar el pago de la deuda antes que volver a consumir, por muy bajas que sean las tasas.

El salvavidas debe ser entonces el impulso fiscal, como el que implementó en 2008 durante la crisis subprime, que equivalió al 12,5% del PIB. Sin embargo, la posición financiera del Gobierno se ha deteriorado y el FMI proyecta un déficit estructural de 6% en los próximos años, con la deuda del Gobierno central pasando de un 27% del PIB en 2008 a superar el 100% en 2027. Esto limita un desembolso fiscal masivo.

A lo anterior se suman problemas estructurales. En primer lugar, la población china en edad de trabajar lleva una década disminuyendo y después de muchos años con un modelo basado en construcción de viviendas e infraestructura, el espacio para crecer en inversión es cada vez menor. Por otro lado, existe la percepción de que el entorno es cada vez más hostil para privados. Se observa, por ejemplo, que desde 2013, poco después de que asumiera Xi Jinping, el flujo de crédito bancario a empresas privadas colapsó, pasando de representar cerca de 55% de los flujos a un 11%.

Junto con esto hay nuevas regulaciones y conflictos geopolíticos, que han aumentado el interés de nuevas empresas por buscar otras alternativas de domicilio y reducido la capacidad de innovación del país. Efectos concretos ya se pueden ver, las empresas tecnológicas chinas han perdido US$ 300 mil millones de valor de mercado desde el inicio de la pandemia, mientras que sus homólogas estadounidenses han sumado US$ 5 billones.

Así, Goldman Sachs ya cambió la fecha en la que el PIB chino superará al estadounidense de 2025 a 2035, y otros estiman que nunca lo hará.

Leer la nota en Diario Financiero