No más fe ciega ni lógicas rígidas
¿Qué ha cambiado con relación a diciembre del año pasado, cuando el Banco Central parecía estar jugado por completo por un camino de ‘normalización’ y alzas de tasas de interés? Las lecturas de las decisiones de política monetaria y de los IPoM de 2019 permiten identificar, al menos, cuatro razones que parecen estar detrás de la decisión del instituto emisor: en lo externo, un débil crecimiento global y una mayor incertidumbre por las disputas comerciales entre Estados Unidos y China; y, en lo local, una tasa de interés neutral más baja y especialmente, una inflación doméstica persistentemente por debajo de la meta. Una de las novedades de este último IPoM es que parece dar cuenta de una profundización de este último factor. En efecto, todas las medidas de inflación que proyecta el mensaje del Banco Central apuntan a una muy gradual convergencia a la meta que no ocurriría sino hasta bien avanzado 2021.
De esta forma, si el gran problema hoy de la política monetaria es una tasa de inflación por debajo de la meta del 3%, ¿cuál debiera ser la política apropiada? El Banco Central parece asumir una relación estable entre brechas de actividad e inflación, tal que, según esta lógica, menores tasas de interés reales aumentan la ‘demanda agregada’, reducen brechas y normalizan la inflación. En este sentido, no cabe duda que el IPoM es internamente consistente en su diagnóstico porque sigue manteniendo una ‘fe ciega’ en dicha lógica.
Pero, como probablemente el mismo Consejo del Banco Central sabe, existen variados problemas con la relación estable entre inflación y las brechas, que quedan ampliamente demostradas al ver la realidad de Japón Europa, así como 10 años de baja inflación y tasas de interés en EEUU Estos casos son sin duda un testimonio del problema de depositar una fe ciega en una lógica así de rígida. En este sentido, la consistencia interna del IPoM sigue siendo la misma que ha llevado a que, salvo septiembre de 2018, se acumulen casi tres años completos en que la inflación ha estado por debajo del 3%, ¿o es que acaso la tasa de interés en ese periodo fue más alta de la que debió haber sido?