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Planeta Congreso, órbita Valparaíso
3 Noviembre, 2020
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  • Columnas de Opinión,
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Planeta Congreso, órbita Valparaíso

José Ramón Valente: “Para desgracia de quienes habitan el planeta Congreso, la información sobre las malas decisiones de política pública que ellos están tomando han traspasado los límites de su atmósfera”.

Un parlamentario de Chile Vamos comenta en una reunión privada hace algunas semanas que el costo político de haber votado en contra del primer retiro de 10% de las AFP fue muy grande y que basado en dicha experiencia, ve muy difícil oponerse al segundo retiro. Unos días más tarde, un parlamentario de izquierda señala, también en privado, que varios de sus colegas están pensando en rechazar el segundo retiro de las AFP porque no les gusta el exceso de protagonismo que ha adquirido Pamela Jiles, una de las promotoras de esta propuesta.

Al parecer, en el planeta Congreso, en la órbita de Valparaíso, la discusión de las políticas públicas se está desarrollando con prescindencia absoluta del impacto que dichas políticas puedan tener sobre las personas y de los argumentos técnicos que las justifiquen.

Los más entendidos en política señalan que es normal que se den situaciones como las descritas en el párrafo anterior cuando se aproximan las elecciones. Puede ser que ese sea el caso. Pero esta conducta indeseable de los parlamentarios influye en la impresión que el resto de la galaxia se forme respecto de lo que ocurre en el planeta Congreso. Si los “congresianos” pudieran controlar la forma en que se difunden sus decisiones, de manera que solo se conociera el beneficio eventual de las mismas, sin los costos asociados, entonces los diputados y senadores podrían aprobar cualquier burrada, sin costo político alguno. Pero el mundo no funciona así y menos en el siglo XXI.

Es cierto que el retiro de los fondos de pensiones entregó caudales importantes de dinero a un número significativo de chilenos. Esa es la única parte que los “congresianos” desearían que se supiera. Sin embargo, también es cierto que el retiro de los ahorros previsionales de las cuentas de las AFP es una mala política pública, porque beneficia más a los más pudientes versus los más necesitados; porque les otorga una rebaja de impuestos injusta e innecesaria a los chilenos de mayores ingresos; porque les pone una mochila en la espalda a las nuevas generaciones de chilenos, que tendrán que pagar con impuestos las pensiones de quienes se queden sin ahorros para sustentarlas, y porque reduce la capacidad de ahorro del país y limita el crecimiento económico.

El segundo retiro que se está tramitando por estos días en el Congreso, además de todo lo anterior, rompe la promesa hecha por los mismos parlamentarios de que habría solo un retiro, dañando significativamente la confianza en la institución de la cual forman parte. Además, genera expectativas de un tercer, cuarto y quinto retiro; beneficia aún más a los chilenos de mayores ingresos, dado que más de tres millones de afiliados (los de menores ingresos) se quedaron sin fondos que retirar después del primer retiro de 10%, y se produce en momentos en que la economía del país comienza a generar nuevos empleos y que los programas de ayuda fiscal están fluyendo de mejor manera.

Para desgracia de quienes habitan el planeta Congreso, la información sobre las malas decisiones de política pública que ellos están tomando ha traspasado los límites de su atmósfera. El FMI, la OCDE, las clasificadoras de riesgo, el Banco Central de Chile, el mundo académico, los inversionistas nacionales e internacionales, los medios especializados y cientos de miles de chilenos reconocen el retiro del 10% de los fondos de las AFP como una pésima política pública. Algunos lo reconocen públicamente, otros lo callan. Lo que parecen no haber advertido los “congresianos” es que el voto es secreto. De manera que los que callan pueden seguir callando en la urna y votar por un candidato que en vez de mirarse el ombligo tome decisiones mirando el bienestar de todos los chilenos. Como bien me dijo una millennial de izquierda aspirante a ocupar un cupo de la Convención Constituyente: por lo menos este proceso va a servir para renovar los rostros de la política chilena.